viernes, 28 de marzo de 2014

La violencia ( NO ) / ( SIEMPRE ) es la solución.



Desde los albores de la humanidad una parte de los nuestros decidió que todo podía solucionarse utilizando la palabra y el raciocinio, la tolerancia y la comprensión, el derecho a no escoger y a no imponer la propia voluntad sobre los débiles, mientras que la otra parte decidió que si podías conseguir las cosas con la fuerza no necesitabas para nada las palabras, pues utilizando la palabra te pueden rebatir y te pueden demostrar que no tienes razón, pero con la fuerza el más débil debe callar ante el yugo del más fuerte tenga o no razón.
Y desde que se inventaron los líderes, esas figuras sabias a las que obedecer y escuchar para mantener el orden y la justicia, existe la corrupción. Los líderes suelen ser la peor combinación entre fuerza y palabra, pues únicamente utilizan la palabra, y si no se quiere obedecer con una sola orden pueden hacer que “otros” recurran a la fuerza.
Se nos dice que la violencia no es la solución, que no arreglaremos nada causando desperfectos y devolviéndole los golpes a los que nos azotan, pero lo cierto es que en toda manifestación pacífica sentimos la omnipresente sombra de la policía antidisturbios, con cascos, corazas, porras, escudos, esposas e incluso escopetas de pelotas de goma o granadas de humo y gases lacrimógenos.

Se nos dice que la manifestación pacífica es un derecho, pero se nos dispersa a empujones, a porrazos, con cañones de agua… y cuando los manifestantes se vuelven contra sus agresores, entonces son los malos, somos los malos. Ojo, no quiero hacer apología de la violencia, porque yo he visto alborotadores que se dedican a sembrar discordia en las manifestaciones, gente que va sin nada que perder a desvirtuar las manifestaciones y provocar que todos los esfuerzos por lograr que las voces de los protestantes sean escuchadas al unísono sean malgastados.
La democracia como tal fracasa cuando los escogidos para representar al pueblo no forman parte de este, y por lo tanto no representan sus verdaderas necesidades y deseos.
Esta es la reflexión de la que estoy más orgulloso, la que me ha abierto los ojos a la realidad en la que vivimos. Últimamente me llaman extremista, dicen que yo antes no era así, que no estaba tan a favor de la violencia, pero es que la historia ha demostrado que puede ser la solución. Cuando aquel que está en el poder se niega a escuchar a su propio pueblo, pero al mismo tiempo defiende el poder de la palabra y dispersa las manifestaciones con la violencia de los antidisturbios, es el momento de luchar por la justicia y por el pueblo, y es el momento de defender lo que es más valioso que el individuo en sí, el bien colectivo.

Por ejemplo, con la Revolución Francesa se logró acabar mediante la violencia con el absolutismo, en 2013 los egipcios consiguieron derrocar a Mohamed Morsi, y más recientemente todo lo sucedido y lo que está sucediendo en Ucrania, donde también han derrocado un gobierno mediante la violencia, un lugar en el que gente de derechas, de izquierdas y extremistas nazis unieron sus fuerzas ignorando sus ideales temporalmente solo para conseguir un bien común, o al menos así lo he interpretado yo.
La solución más deseable no es la violencia, eso está clarísimo, pero no podemos permitir que crean que "el soberano del Estado tiene con respecto a sus súbditos solamente derechos y ningún deber (coactivo)” y mucho menos que crean que “un soberano no puede ser sometido a juicio por la violación de una ley que él mismo haya elaborado, ya que está desligado del respeto a la ley popular (populum legis)” (filosofía iusnaturalista).

Por último me gustaría añadir que sí, que los antidisturbios tambien son personas:

Los antidisturbios también tienen un trabajo muy duro lleno de dificultades...

  
Tienen que llegar a final de mes con las mismas dificultades que los demás, y son padres y madres como lo son los panaderos, los carniceros y las personas que nos atienden en una zapatería o tienda de ropa, también tienen una hipoteca, también pagan impuestos, también están perdiendo derechos, también pagan más de iva, también tienen una sanidad pública deficiente mientras el gobierno subvenciona la educación y la sanidad privadas, también tienen unos sueldos inferiores a los del resto de Europa...

 
¿Qué es lo que les falta a los antidisturbios? ¿Qué es lo que no tiene un colectivo de la policía que pelea con las personas que están defendiendo su futuro y el delos suyos? Voluntad. Les ponen una correa, los domestican y los dejan sin voluntad. Ahí, sentaditos, dadme la patita.

Frankfurt, Alemania, 2011: Oficiales anti disturbios se sacan sus cascos y escoltan a los manifestantes.