Hoy no voy a revelar ningún secreto, pues lo que voy a decir
es por todos bien sabido...
Cuando un dentista te diga que no te va a doler, créeme, te
va a doler, vas a agonizar, la sensación será insoportable y solo horas después
cuando estés más drogado que el Luisma en los 90, solo entonces notarás como
esa insufrible sensación se torna una molestia.
En efecto, me acaban de operar la boca, y aunque es cierto
que lo mío era grave y que es lo mejor que podía haber hecho, joder que mierda
con la boca como la tengo. Legrado, implante de hueso, implante de tornillos de
titanio y puntos… madre mía. Lamentablemente no he encontrado ningún video de lo que me han hecho a mi en Internet, pero bueno, tampoco es necesario. Si alguien se interesa que busque "legrado" en Google imágenes, que flipará.
Hablando de dientes, hoy me gustaría hacer un poco de apología a una serie de películas:
Celuloide Basura... Capítulo 4
La saga Crepúsculo.
Aún recuerdo cuando fui a ver Crepúsculo al cine. Fuimos de los primeros, no habíamos oído ningún rumor negativo acerca de la trama ni de las novelas, y solo sabiamos que era una pelicula de vampiros típica. Amor imposible, seres que luchan contra su naturaleza y un ser humano que no comprende el peligro que entrañan estas criaturas.

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Hasta que llega el punto en el que Edward se sube a la chepa a Bella y se la lleva dando botes de árbol en árbol... ahí ya nada tenía sentido para mi. Por suerte el final enmendó todo aquel mal sabor de boca, me pareció genial, y en general una película bastante aceptable en muchos aspectos, aunque su guión y temática falle en muchos otros.

Lo importante ahora es que los niños de hoy en día lean, que lean lo que sea, pero que lean, y la calidad ya llegará después. No le podemos pedir a la juventud que lea a Conan Doyle o a Edgar Allan Poe si primero no han aprendido a amar la lectura, a disfrutarla y comprenderla, porque lo que haremos así es asustarlos, aburrirlos y alejarlos.